sexta-feira, março 27, 2009

Igreja em áfrica

"A primera hora de la radiante mañana comienzan a llegar hombres y mujeres que llaman la atención por su generalizada juventud y por su jovialidad. Vienen a recibir sus tratamientos dos veces por semana. Hoy tienen una jornada especial: aprovechando la presencia de dos presbíteros europeos van a recibir el sacramento de la unción de enfermos.
La mayoría saben que van a morir. En la casa hay un libro, en cuya portada reza “Libro de la vida”, que elenca a las personas fallecidas y que habían sido tratadas de su enfermedad en este centro. Escalofriantes páginas y más páginas de jóvenes rostros sonrientes que evidencian que, mientras las muertes a causa del SIDA descienden muy considerablemente en los países desarrollados, Africa sigue sufriendo una epidemia devastadora de vidas humanas, de la que le costará décadas recuperarse.
El centro es mantenido por cuatro religiosas, dos angloeuropeas y dos jóvenes novicias nativas, y es sostenido económicamente por asociaciones europeas y canadienses. Hasta él acuden centenares de hombres, mujeres y niños, algunos tras recorrer caminando largas distancias.
Después de recibir la atención médica por el personal especializado, una enfermera da a cada paciente las dosis del tratamiento que habrán de tomar en sus casas y sister Jane (joven monja escocesa con más de 24 años haciendo éste y otros abnegados trabajos en Africa) entrega a cada paciente de ambos sexos varios preservativos, insistiéndoles en que no dejen de usarlos y que si necesitan más que los pidan. En un momento levanta la mirada y dice “incluso el Papa si estuviera aquí repartiría preservativos”.

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