"A los anti-“lefebvrianos” sólo desearles, de buena fe y mejor corazón, que algún ángel travieso y algo juguetón les administre un supositorio de guindillas. Curan las hemorroides casi ipso facto. Especialmente si son guindillas eclesiásticas, la mejor variedad de todas. Tratamiento de elección para almorranas presbitéricas, altoclericales y demás germanía anti-“lefebvriana”, sin duda."
São as reflexões onanistas de Rafaelito, na Casa dos doidos,
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