Mi mesa no es la de un medium de sortilegios, ni la de un mago hipnotizador. Tampoco es una mesa donde sacrificar animales como en las religiones primitivas. Mi mesa es de comedor: para partir, repartir y compartir. Partir pan, compartir vida, repartir gratuidad, impartir esperanzas...Por tanto, ni cerréis los ojos, ni os quedéis hipnotizados. Tras mirar al cielo dando gracias, mirad a vuestro alrededor, como hice yo en el campo de Galilea y en la última cena. Lo que quiero que hagáis, para hacerme presente a mí entre vosotros cuando os reunáis en mi nombre, es lo que yo hice: partirse, repartirse y compatir. Partid el pan, repartid a quien no tiene, compartid la vida, la fe y la palabra. Haciéndolo así sois la única prueba de que yo estoy vivo”
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