terça-feira, outubro 25, 2011

revolução no vaticano

Y es que, Roma pide, entre otras cosas (como pueden leer aquí), que se cree un banco central con "horizonte planetario', desautoriza por completo al FMI y hasta se suma a la petición de la tasa Tobin, santo y seña de todos los verdes, progres y antisistema que en el mundo han sido.


Da gusto leer que, en vísperas del G-20, el Vaticano, además de las medidas comentadas, pide que se implemente un impuesto a las transacciones financieras.
Siempre se dijo, en un latiguillo recurrente, que Juan Pablo II era un Papa cosnervador en lo moral y avanzado en lo social. Pues, al parecer, en Roma y de la mano de Benedicto XVI, el Papa anciano y sabio, siguen soplando los mismos vientos de apertura social. Casi revolucionaria.

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